Una pequeña maldad

UnaPequeñaMaldad

Voy a empezar esta entrada de mi blog con una pequeña maldad disfrazada de propuesta. Para echar algún balón fuera y no sentirme terriblemente responsable de lo que pueda ocurrir, vayan por delante dos advertencias:

la primera, una vez que la aceptes no habrá vuelta atrás.

La segunda, una vez que la aceptes sentirás un deseo irreprimible de hacerle lo mismo a alguien más.

Qué ¿te animas? ¡Estupendo! Bien, pues sin más demora, tardanza ni dilación, aquí va:

piensa en algo importante que te haya ocurrido recientemente, si es hoy mismo mucho mejor. Como es posible que ya se lo hayas contado a alguien, piensa en ese otro alguien que en ese momento no estaba contigo o no te pudo coger el teléfono y envíale este mensaje

«te tengo que contar lo que me ha pasado hoy»

Si le quieres dar más énfasis, puedes adornarlo con un «vas a alucinar» o con un emoticono con carita de sorpresa.

Como esta pequeña maldad no es el colmo de la originalidad, podrás recordar que hace no mucho te sucedió a ti, por eso podrás revivir el suspense y las ganas de conocer toda la historia con pelos y señales. Aunque no siempre es descartable el hecho de que haya gente cotilla o con cierta incontinencia verbal, lo cierto es que en situaciones como estas es fácil comprobar el cumplimiento de un fenómeno universal

todos tenemos una historia que contar

y, además, necesitamos contarla.

Si no lo ves claro recurre a la estratagema que te proponía en el post anterior y haz una breve escapada en el tiempo. Pero esta vez no te vayas lejos, quédate en tu pasado más reciente ¿Estás? Ahora revive la última pequeña maldad, esa propuesta que alguna de tus amistades lanzó y se convirtió en una quedada gloriosa de toda la pandilla. Quizá fue para celebrar la noche de San Juan, quizá fue para daros un bañito en la piscina de uno/a de ellos/as o quizá fue para tomar el aperitivo ¡da igual! Lo importante es que os visteis, que os disteis un abrazo, o más de uno, y que os contasteis vuestras cosas.

Cada una de esas cosas vuestras son pequeñas historias que, sorprendentes, alegres, tristes, íntimas o intrascendentes, son parte de «lo vuestro». Unas veces parece como si hablaran para contar qué os importa, quien os gusta, o disgusta. Otras veces pareciera que fueran el espejo que os acoge enteros, con vuestras inquietudes, pensamientos y sentimientos. Con frecuencia simplemente cuentan el mundo tal y como se ve con vuestros ojos.

Sea como sea, o sea todo junto a la vez, lo que sí que pasa siempre es que esas pequeñas historias se incorporan a la lista de experiencias compartidas sobre las que volveréis una y otra vez, por nostalgia o porque sí. Se incorporan a la lista de miradas cómplices con las que os lo direis todo. Se incorporan al botiquín de emergencia con el que sanar viejos o nuevos dolores, y se incorporan, irresponsablemente y sin advertencia previa, al argumento de aquello que está por encima de todo y es más importante que todo, vuestra historia común.

2 Comments

  1. Buenos días! Me gusta mucho tu idea 🙂 . Creo que hoy en dia nos hemos vuelto un poco vagos a la hora de hablar con las personas que conocemos, a veces interactuamos más por las redes sociales y hablamos menos con los amigos.
    Por eso me encanta esta pequeña maldad que hace hace que comuniquemos más y seamos creativos con lo que contamos, con un toque de sentido del humor y sorpresa. Gracias!

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